jueves, 20 de mayo de 2010

Lavanda (Lavandula angustifolia)



De las diversas variedades de lavanda utilizadas en medicina natural, la más importante es la Lavanda angustifolia. El aceite de esencia de lavanda es el más versatil, valorado y de mayor valor terapeutico. A pesar de que las hojas son muy aromaticas, el aceite esencial se hace unicamente con las flores.

Propiedades
El aceite de lavanda es calmante, antidepresivo y equilibrador emocional. Sus propiedades antisepticas y analgesicas lo hacen muy valorado para tratar cortes, quemaduras, heridas, alergias ypicaduras de insectos. La lavanda además tiene propiedades digestivas, siendo eficaz para resfriados, gripe y catarros.
La lavanda reduce la tensión sanguínea, previene y alivia las nauseas e indigestiones y tiene propiedades antirreumaticas. Sus propiedades calmantes responden bastante bien ante la tensión nerviosa, depresión, estrés, insomnio y el dolor de cabeza.

Precauciones
El aceide de lavanda suele ser inocuo en cualquier edad, sin embargo, algunos pacientes con asma o fiebre pueden sufrir alergia a él.

domingo, 9 de mayo de 2010

Mal aliento o Halitosis


En tiempos pasados, un alto porcentaje de la población sufría de mal aliento (halitosis) como resultado de problemas dentales, comida poco saludable, y por la falta de la más minima higiene bucal. Esto se intentaba disimular con una gran cantidad de desodorantes bucales, desde pildoras de clavo de olor y mirra, a extractos de violeta y rosa. Las últimas creaban, por supuesto, un olor malsano que no curaba de ninguna forma las causas de la que la halitosis sólo era el resultado.

Alimentos de sabor fuerte, tales como ajo, cebolla, queso y cerveza, dejan un olor inmediato en el aliento que es temporal; pero el mal aliento ocasionado por el tabaco, sinusitis, resfriado, problemas dentales, amigdalitis, estreñimiento y problemas estomacales, requiere un tratamiento para lograr que el cuerpo vuelva a funcionar correctamente.

Si el problema es digestivo o un trastorno temporal del estómago, tomar 1/2 cucharadilla de polvo de caolín o unas pocas gotas de aceite esencial de menta en un vaso de agua tibia y se calmará y mejorará la situación. Si la causa de la halitosis es una irritación de garganta, hacer gargaras de miel con limón como unas gotas de aceite de clavo en agua tibia y después tragaremos para matar las bacterias.

Cualquiera de los siguientes productos bien masticados sirven para disimular el olor de la comida recientemente ingerida: perejil, menta, cardamomo, clavos, granos de anís, nebrina, manzana, granos de café y semillas de hinojo. Todos ellos pueden tener, al mismo tiempo, efectos saludables a largo plazo y mejorar las molestias estomacales.


Desodorante bucal

150 ml de jerez
15 g de clavos
15 g de nuez moscada
un pellizco de canela y otro de alcaravea

Mezclarlo todo en una botella y agitarlo frecuentemente durante una semana. Esta mezcla debe ser tomada, pocas gotas cada vez, en un terrón de azúcar o bien en agua caliente, para endulzar el aliento más horroroso al día siguiente.

Enjuagues de boca

• Bicarbonato sódico y sal marina. Una cucharada de café de ambos productos en un vaso de agua templada, es una solución magnífica para enjuagar la boca.

• Vinagre de sidra, tintura de mirra y aceite de clavo. Una cuarta parte de una taza de vinagre de sidra, una cucharada de miel clara y tres gotas de tintura de mirra y de aceite de clavo, diluido todo con un poco de agua templada, sirve para enjuagarse la boca —ya que es antiséptico— y también para hacer gárgaras. Puede tragarse sin peligro.

• Aceite de eucalipto, aceite de clavo y tintura de mirra. Seis gotas de aceite de eucalipto, dos cucharadas de aceite de clavo y dos de tintura de mirra, todo bien mezclado con 600 mi de agua caliente, embotellado para tener a mano en el baño, es un suave refresco para las mañanas.

• Lavanda, mejorana, ajedrea, tomillo y romero. Por separado o combinadas en vinagre o en infusión, estas plantas de acción antiséptica y de agradable olor son sabrosas y efectivas.


Soluciones a largo plazo

No beber agua durante las comidas, ya que esto perjudica los jugos gástricos.
Ejercicio, aire libre y unas profundas inspiraciones estimulan el riego de oxígeno a todo el sistema. Visitar al dentista regularmente. Investigar las causas del origen del la halitosis y los problemas digestivos que os pueden ocasionar algunas comidas.

-Jarabe de higos. Una cucharadilla en agua caliente cada noche, hasta que el aliento sea agradable, tiene el mismo efecto que el dulce agua de regaliz del Oriente Medio.

-Pepitas de limón. Un viejo remedio para curar las lombrices (que son una causa importante de mal aliento) en los niños pequeños, se obtenía cociendo las pepitas de limón en miel y tomando la pegajosa mezcla mientras estaba tibia.

-Semillas de membrillo. Cocer a fuego lento dichas semillas en agua, hasta que estén blandas; colar, hacer gárgaras con el líquido y después tragarlo.

sábado, 1 de mayo de 2010

Hipo


El hipo puede ser una fuente de malestar e intensa irritación, y convertirse en algo doloroso. Está causado por una contracción nerviosa y espasmódica del diafragma, que provoca inhalaciones bruscas de aire y el cierre repentino de las cuerdas vocales; ésto es el hipo, que es seguido por la relajación de los músculos, debido a una distensión de los mismos. Lo normal en los ataques de hipo es que sean breves; a pesar de ello, en algunos casos se han llegado a convertir en permanentes.

Las curas para el hipo son numerosísimas y muchas de ellas incluso podemos entenderlas como juegos. Hay dos que son muy efectivas, una de las cuales tiene una perfecta explicación física, mientras que la otra creo que entra más bien en el terreno de la psicología. Cuando sufráis un ataque de hipo, coged una bolsa de papel y respirad en su interior 20 veces; así, obligais a entrar en vuestros pulmones el anhídrido carbónico que habéis expulsado. Al respirar aire viciado o enrarecido, el cerebro indica al aparato respiratorio que se requiere de una respiración más profunda, regulando el diafragma, y esto posibilita el desbloqueo del espasmo.

La segunda práctica es incluso más divertida y funciona particularmente bien con los niños y adultos más susceptibles. Colocar al aquejado de hipo de pie, con los brazos cruzados en alto, situados detrás de la cabeza, mientras le dais sorbos de agua. La tensión creada por encontrarse en una situación tan especial, unido al esfuerzo por intentar mantener la calma y beber al mismo
tiempo, son demasiados elementos en contra para que el hipo siga adelante.